sábado, 4 de abril de 2009

Lecturas de autobús

Siempre oí decir que lo importante es leer. Por eso, cuando hablamos de libros, lo relevante es el continente, y no el contenido... Interesante creencia general.
El sistema de transporte público de São Paulo no se caracteriza por su diferenciada calidad, comodidad o puntualidad. Existe y lo usan los que no tienen otra opción, digamos. A diferencia de otras metrópolis (principalmente europeas) en las que las personas prefieren optar por la locomoción compartida a la individual (evitando atascos, búsquedas de opciones para aparcar, gastos extras), en São Paulo la mayor parte de la población opta (cuando las circunstancias lo permiten) por la opción individual: me cojo mi coche con cinco plazas yo solo, contribuyo con los atascos record y con la polución, me rompo la cabeza para encontrar aparcamiento y llego un poco más estresado al trabajo... ¿Qué mejor?.

Observo a los que se deciden por el autobús. Todavía al amanecer, el olor del joven no es precisamente de recién duchado, pero el vecino del asiento de al lado, lo soporta. Parece que el sueño es más fuerte que él. Muchas personas duermen; unas pocas observan por la ventana; otros escuchan música; los menos, leen.
Las lecturas de autobús, o de metro, siempre llaman la atención del curioso del asiento contiguo.
Observo con más detalle. En São Paulo, las muchas religiones preocupadas con su salud económica deberían de empezar a estudiar la posibilidad de hacer campañas de marketing dentro del autobús. El que no lee la Biblia, lee Deus o Mundo Amou, O Amanhã a Deus Pertence o A Poderosa Voz de Deus.

REFLEXIÓN: ¿Ya pensaron en ir al trabajo con un predicador de la doctrina evangélica de fondo? Podría desencadenar la rebelión de las masas...

No hay comentarios:

Publicar un comentario