domingo, 5 de octubre de 2008

¡A su salud!

Batas blancas lejos de cuartos blancos de hospital. Sale el médico de casa ya ataviado con su uniforme y su estetoscopio estratégicamente colgado del cuello.
La pureza, en principio, deberia estar restringida al consultorio, a mañanas de atención de dolores, a esperanzas (que son siempre blancas...).
Pero parece que aquí el blanco representa la pureza del status.
Cogemos el ascensor juntos. Llegamos a la recepción.
Primero, oigo.
- Bom dia, doutor. O senhor está bem?
Y yo entrego mis llaves.